Sin una arquitectura de alta disponibilidad y escalabilidad, la curva de éxito de una empresa caerá, eventualmente, en picada.
Por supuesto que hay muchos factores que son puestos en juego a la hora de diseñar una arquitectura apropiada, como la solidez de su back-end, el UX y el UI del front-end y la eficiencia del middleware. Pero sin una arquitectura de alta disponibilidad, ninguno de ellos realmente importa.
Una arquitectura correctamente armada debe garantizar no solo que su eficiencia no disminuya con el paso del tiempo y que pueda ser adaptada fácilmente a los cambios, sino también que el acceso a todos los recursos que allí se albergan sea lo más sencillo posible.
¿Qué implica una arquitectura de alta disponibilidad y escalabilidad?
Alta escalabilidad
En una arquitectura de alta disponibilidad y escalabilidad, este último aspecto se refiere a que, a la hora de diseñarla, se tuvo en cuenta la posibilidad de que tuviera que ser actualizada o expandida en un futuro.
La idea de esto es que la arquitectura pueda adaptarse sin problemas a un aumento tanto en el flujo de datos y usuarios como en la potencia, sin perder los estándares de calidad en los servicios que brinda.
Antes de explicar los tipos de escalabilidad, es importante aclarar que un sistema se compone de diversos nodos. Estos pueden ser desde computadoras hasta servidores, que son interconectados entre sí con el objetivo de potenciarse mutuamente y dar resultados más eficientes.
Entonces, la escalabilidad de una arquitectura puede darse de dos maneras:
La escalabilidad se considera vertical cuando la forma que se utiliza para aumentar la potencia o la capacidad de la arquitectura es concentrándose en mejorar los recursos de un único nodo, mejorando su procesador, añadiendo más memoria, más RAM, etc.
El problema de este método de escalado es que es limitado, pues todo nodo tiene un límite de mejoras que puede recibir, y de acciones que puede realizar.
Esto por no mencionar lo costosos que pueden ser los componentes de última generación. Sin embargo, es muy fácil de realizar, y no requiere ningún tipo de cambio en el software, por lo que sus pros y contras están bastante equilibrados.
La otra alternativa es realizar un escalamiento horizontal, es decir, añadir más y más nodos al sistema según la demanda de capacidad o el flujo de información y tareas requiera.
Esta red de nodos, conocida como cluster, se diseña para repartir el trabajo equitativamente entre sus partes, para que se reduzcan mutuamente el esfuerzo sin perder la eficiencia.
Así, cuando aumente la demanda, lo único que deberán hacer es añadir más nodos, y la gran cantidad de nodos supone, además, un backup perfecto por si alguno de ellos llegara a fallar, dado que siempre habrá otro nodo funcionando que podrá tomar esas tareas hasta que se resuelva el problema.
Sin embargo, el escalamiento horizontal es extremadamente complejo de configurar, además de que requiere mucho mantenimiento y constantes actualizaciones en el software para adaptarlo a la nueva distribución.
Aunque, para determinados sectores, esto podría suponer una pega menor en vista de la infinitud de potencia y capacidad que supone un escalamiento horizontal.
Alta disponibilidad
Por otro lado, en una arquitectura de alta disponibilidad y escalabilidad, la disponibilidad se refiere a qué tan accesibles son para los usuarios los recursos de ese determinado sistema.
Cualquier falla de sistema que le impida a los usuarios interactuar con el sistema y con lo que esté allí albergado, sea porque se cae la página, porque falló un servidor, por tiempos de espera excesivos o por un botón que no funciona, se considera un problema de disponibilidad.
La disponibilidad, entonces, mide el tiempo durante el cual un usuario puede acceder a los recursos del servidor, por lo que una arquitectura de alta disponibilidad implica que ese contador de tiempo no se vea interrumpido.
En resumen, podemos ver que una arquitectura de alta disponibilidad y escalabilidad es una forma altamente eficaz de garantizar el menor margen de fallos posible.
La arquitectura de alta disponibilidad es uno de los pilares fundamentales sobre los cuales se apoya una empresa. Para conocer más sobre ellas, te invitamos a ver el siguiente video:
¿Todas las empresas necesitan este tipo de arquitecturas?
En el mundo moderno, la tecnología avanza a pasos agigantados, requiriendo cada vez más recursos para funcionar correctamente.
Por lo tanto, contar con una arquitectura de alta disponibilidad y escalabilidad que pueda evolucionar a la par que los avances tecnológicos, y al mismo tiempo garantizar que se produzcan la menor cantidad de fallos posibles, es algo fundamental.
No solo para el funcionamiento y la eficiencia de cualquier negocio, sino para generar más ganancias y volverlo más competitivo en el mercado al no tener que pausar sus actividades frente a algún accidente o atraso.
Pero, por sobre todas las cosas, una arquitectura de alta disponibilidad y escalabilidad será la pieza clave para mejorar la imágen de marca de cualquier negocio, pues su alto nivel de eficiencia garantizará la satisfacción de todo lo que el cliente pueda necesitar, con una tasa ínfima de retrasos o inconvenientes.
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