Ya sea que esté aplicada al hablar de la nube, los microservicios o las aplicaciones, la migración en el mundo IT siempre es sinónimo de evolución.
Y es que la acción de migrar hace referencia a actualizarse: pasar de un tipo de tecnología que está quedándose cada vez más rezagado en cuanto a capacidades hacia otro tipo mucho más preparado para mantener los niveles de potencia que demandan los procesos productivos y los mercados del siglo XXI.
Este es el motivo por el que cada vez más empresas están atreviéndose a zambullirse de lleno en el proceso de migración. Nadie quiere quedarse atrás, sobre todo cuando la competencia en prácticamente todos los rubros se vuelve más fiera día a día.
Ante ese escenario, la más mínima ventaja puede suponer un enorme impulso para una empresa, haciéndola destacar entre sus competidores y consolidándola como referente dentro de su sector.
¿Qué tipos de migración son los más populares?
Migración a la nube
La migración a la nube es, sin dudas, una de las prácticas más populares de la última década, y esto no supone ninguna sorpresa.
Se trata de una manera sumamente práctica para las empresas de ahorrar no solo dinero sino también tiempo, elevando a la vez sus capacidades tanto de disponibilidad como también de escalabilidad.
Los ecosistemas cloud son flexibles, fáciles de usar e implementar y, por sobre todas las cosas, extremadamente seguros.
Además, dado que su gestión está a cargo de los proveedores de servicios cloud, las empresas pueden desentenderse de todas las tareas de mantenimiento y actualización de las que antes, con los sistemas on-premise, debían encargarse con sus propias manos.
Gracias a la migración a la nube, bastan unos pocos clicks para expandir las capacidades tanto de procesamiento como de almacenamiento de los sistemas.
Esto garantiza las más altas velocidades de respuesta en todo momento, sin importar el flujo de transacciones que sea necesario procesar.
Migración a microservicios
Otra tendencia que está cada vez más en auge dentro del sector IT son los microservicios.
Migrar hacia estos tipos de sistemas garantiza altísimos niveles de escalabilidad, flexibilidad y resiliencia, ya que cada componente está destinado a realizar una tarea específica.
Esto permite detectar rápidamente dónde se originan los fallos, así como también añadir nuevos componentes para reforzar la potencia o actualizar los ya existentes sin tener que desembolsar grandes sumas de dinero.
Modernizar frameworks y aplicaciones
Dada la constante y acelerada evolución de la tecnología en el siglo XXI, las aplicaciones empiezan a quedarse obsoletas a un ritmo cada vez mayor.
Es por eso que se debe migrar de esos frameworks de desarrollo más anticuados a otros más modernos, capaces de permitir el desarrollo de aplicaciones de mayor potencia y capacidades.
La migración, en este ámbito, es crucial. Y, sin embargo, muchas empresas continúan siendo reacias a llevarla a cabo, ya sea porque están muy cómodas con sus sistemas actuales o porque les da miedo el cambio.
Sin embargo, llevado a cabo por profesionales capacitados, migrar de una tecnología a otra no tiene por qué ser complejo, sino que el proceso puede llevarse a cabo de una manera absolutamente natural y paulatina.
¿Te gustaría migrar alguna de tus tecnologías?
Entonces te invitamos a ponerte en contacto con nosotros.
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